Cántico 92 – “Predica la Palabra” (2 Timoteo 4:2)

1. Dios te ha confiado una misión: pregonar las nuevas de salvación. Prepárate para responder a quien te pida cuenta de tu fe.

(ESTRIBILLO) ¡Ve a predicar hasta el último confín! Haz saber que muy pronto viene el fin. Anda y di que Jesús gobierna ya. Hazlo, sí. ¡Ve a predicar!

2. En tiempos de dificultad nuestra voz intentarán silenciar. Mas los fieles del supremo Dios jamás nos callaremos por temor.

(ESTRIBILLO) ¡Ve a predicar hasta el último confín! Haz saber que muy pronto viene el fin. Anda y di que Jesús gobierna ya. Hazlo, sí. ¡Ve a predicar!

3. En tiempos de favor habrá quienes la verdad querrán escuchar. Proclama el mensaje salvador, al manso instruye siempre con amor.

(ESTRIBILLO) ¡Ve a predicar hasta el último confín! Haz saber que muy pronto viene el fin.

Anda y di que Jesús gobierna ya. Hazlo, sí. ¡Ve a predicar!

(Véanse también Mat. 10:7; 24:14; Hech. 10:42; 1 Ped. 3:15.)




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Disfrute de su vida de familia



¿Es de veras posible que las familias sean felices?
¿De qué manera?


¿Conoce familias tan felices y unidas como las que ve en este tratado? Por todas partes las familias se están disgregando. El divorcio, la inseguridad laboral y los problemas a que se enfrentan los padres sin cónyuge se hallan entre las causas de la crisis. Una experta en el campo familiar se lamentó: “Hoy todo el mundo está enterado de las predicciones sobre la desaparición de la familia”.

¿Por qué se ven asediadas las familias de la actualidad por problemas tan graves? ¿De qué manera podemos disfrutar de la vida familiar?

El origen de la familia

Para responder a estas preguntas, es necesario conocer el origen del matrimonio y la familia, pues si son obra de un Autor —un Creador— , los miembros de las familias deben acudir a él en busca de guía, ya que sin duda conocerá mejor que nadie cómo podemos disfrutar de la vida de familia.

Es de interés que muchas personas creen que la estructura familiar no tiene Autor. La obra The Encyclopedia Americana explica: “Algunos doctos se inclinan a ver el origen del matrimonio en las uniones relacionadas con el apareamiento de los animales que antecedieron al hombre”. Sin embargo, Jesucristo habló de la creación del hombre y la mujer. Citó como autoridad el antiguo registro bíblico, y dijo: “Lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre”. (Mateo 19:4-6.)

Jesucristo tiene razón. Un Dios inteligente creó a los primeros seres humanos y dispuso lo necesario para que tuvieran una vida de familia feliz. Dios unió en matrimonio a la primera pareja y dijo que el hombre ‘tenía que adherirse a su esposa, y tenían que llegar a ser una sola carne’. (Génesis 2:22-24.) Por consiguiente, ¿podrían deberse los problemas familiares de la actualidad al seguimiento de estilos de vida contrarios a las normas que el Creador ha expuesto en su Palabra, la Biblia?

¿Cómo se puede tener éxito?

Como seguramente sabrá, el mundo moderno difunde como ideales el egoísmo y la realización de la potencialidad personal. “La codicia es saludable —dijo un financiero a un grupo de estadounidenses que iban a graduarse de la universidad—. Uno puede ser codicioso y, con todo, estar satisfecho de sí mismo.” No obstante, la búsqueda de bienes materiales no conduce al éxito. De hecho, el materialismo está entre las más grandes amenazas a la vida de familia, pues interfiere en las relaciones humanas y priva a las personas de tiempo y recursos. En contraste, considere tan solo lo que muestran dos proverbios bíblicos sobre qué es fundamental para ser feliz:

“Más vale comer verduras con amor, que carne de res con odio”.

“Más vale comer pan duro y vivir en paz que tener muchas fiestas y vivir peleando.”

Proverbios 15:17; 17:1, Versión Popular.

Palabras enérgicas, ¿verdad? ¡Tan solo piense en lo diferente que sería el mundo si todas las familias se atuvieran a estas pautas importantes! La Biblia también da consejo útil sobre cómo deben tratarse los miembros de la familia. Fíjese solo en unas cuantas instrucciones que da:

Esposos: ‘Amen a sus esposas como a su propio cuerpo’. (Efesios 5:28-30.)

Un consejo sencillo, ¡pero muy práctico! La Biblia también manda al esposo que ‘asigne honra a su esposa’. (1 Pedro 3:7.) Para ello, ha de mostrarle consideración especial, lo que abarca ser tierno y comprensivo e infundir un sentido de seguridad. Así mismo, ha de apreciar sus opiniones y escucharla. (Compárese con Génesis 21:12.) ¿No está de acuerdo usted en que las familias se beneficiarían si los esposos trataran a sus esposas con el mismo interés amoroso con que les gustaría que los trataran a ellos? (Mateo 7:12.)

Esposas: ‘Tengan profundo respeto a sus esposos’. (Efesios 5:33.)

La esposa contribuye a que la familia sea feliz si ayuda a su esposo a desempeñar sus serias responsabilidades. Este proceder se conforma a los deseos de Dios, que le dio la mujer para que fuera “una ayudante, como complemento de él”. (Génesis 2:18.) ¿Se da cuenta usted de lo beneficioso que es para la vida familiar que la esposa muestre respeto a su esposo apoyando sus decisiones y colaborando con él en alcanzar las metas familiares?

Cónyuges: “Mantengan la fidelidad de las relaciones entre esposos”. (Hebreos 13:4, La Nueva Biblia, Latinoamérica, 1989.)

Sin duda, la vida familiar sale ganando con la fidelidad. El adulterio suele destrozar a las familias. (Proverbios 6:27-29, 32.) Por ello, la Biblia da esta sabia admonición: “Goza con la esposa de tu juventud [...], no te deleites con una extraña”. (Proverbios 5:18-20, La Biblia. La Casa de la Biblia, 1992.)

Padres: ‘Entrenen a sus hijos conforme al camino para ellos’. (Proverbios 22:6.)

Cuando los padres dedican tiempo y atención a los hijos, la vida familiar forzosamente mejora. Por esta razón, la Biblia invita a los padres a enseñar a sus hijos buenos principios ‘cuando se sienten en su casa y cuando anden por el camino y cuando se acuesten y cuando se levanten’. (Deuteronomio 11:19.) La Biblia también dice que los padres deben disciplinar a sus hijos en muestra de su cariño. (Efesios 6:4.)

Hijos: “Hijos, sean obedientes a sus padres en unión con el Señor”. (Efesios 6:1.)

Es cierto, joven, que en este mundo ingobernable no siempre es fácil obedecer a los padres. Sin embargo, ¿no crees que es sabio hacer lo que nos manda el Autor de la familia? Él sabe qué es lo mejor para lograr una vida de familia más feliz. Por eso, esfuérzate por obedecer a tus padres. Decídete a evitar las muchas tentaciones a obrar mal que presenta el mundo. (Proverbios 1:10-19.)

Al grado que cada miembro de la familia ponga en práctica el consejo de la Biblia, la vida familiar saldrá beneficiada. Su familia no solo disfrutará de una vida mejor en la actualidad, sino que tendrá ante sí un futuro maravilloso en el nuevo mundo que Dios promete. (2 Pedro 3:13; Revelación 21:3, 4.) Por ello, adquieran la costumbre de estudiar la Biblia en familia. Millones de familias de toda la Tierra han visto muy útil la guía del libro bellamente ilustrado Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra.

A menos que se indique lo contrario, todas las citas de la Biblia se hacen de la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras.

Editado en 1992



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Bebes precursores



Cantemos a Jehová (acompañamiento de piano)






Letra de los canticos



El salmo del televisor



El salmo del televisor



El televisor es mi pastor, tiempo me robara,

en lugares reposados de mi silla me hará sentar,

Junto a los mundanos me congregara, Apartara mi alma,

me guiara por sendas mundanales en el conocimiento del dios de la televisión.

Aunque tenga deseos de estudiar la palabra de Dios no tendré interés alguno por que tu estas con migo.

Tus programas y tus novelas me mantendrán alejado de Dios.

Tendrás películas para mí en las horas de la noche,

llenaras mi cabeza de artistas y harás perder mi sueño,

ciertamente el fracaso y la vergüenza me guiaran todos los días

de mi vida y en la casa de Satán morare por largos días.

P.D Esperamos que este Salmo no forme parte su sis vidad



Super precursor



Carta de Satanas

El nombre de Dios



¿Son las desgracias un castigo divino?

“Siento como si me estuvieran castigando”, dijo una mujer de cincuenta y tantos años cuando se le diagnosticó cáncer. Pensando en una falta que había cometido años atrás, comentó: “Creo que Dios se está cobrando mi pecado”.

MUCHOS piensan que sus problemas son un castigo divino por algún error del pasado. Abrumados por una mala racha, quizá se lamenten diciendo: “¿Por qué a mí? ¿Qué he hecho para merecer esto?”. Ahora bien, ¿indican nuestras desgracias que Dios está indignado con nosotros? ¿De veras serán un castigo del cielo?

Siervos fieles que sufrieron calamidades

Pongamos por caso el relato bíblico sobre un hombre llamado Job, quien, después de perder en un instante todas sus posesiones, sufrió la muerte de sus diez hijos a causa de un vendaval. Al poco tiempo contrajo una repugnante enfermedad que lo debilitó totalmente (Job 1:13-19; 2:7, 8). Su trágica situación lo llevó a clamar: “La mano de Dios me ha golpeado” (Job 19:21, Nueva Versión Internacional). Por lo visto, tal como muchas personas de hoy, Job creía que sus desgracias eran un castigo divino.

No obstante, la Biblia señala que antes de que le pasara todo esto a Job, Jehová ya lo consideraba “un hombre sin culpa y recto, temeroso de Dios y apartado del mal” (Job 1:8). Así pues, estas palabras demuestran que lo que le sucedió a Job no fue un castigo de Dios.

La Biblia contiene, además, muchos otros relatos de personas buenas que sufrieron adversidades. Por ejemplo, José fue un siervo leal de Dios que estuvo injustamente encarcelado durante años (Génesis 39:10-20; 40:15). Timoteo, un cristiano fiel, padeció “frecuentes casos de enfermedad” (1 Timoteo 5:23). Y Jesucristo mismo, quien nunca pecó, fue maltratado con crueldad antes de su angustiosa muerte (1 Pedro 2:21-24). De lo anterior se desprende que las situaciones trágicas no tienen por qué hacernos pensar que Dios nos desaprueba. Entonces, si él no es el causante del sufrimiento, ¿quién lo es?

¿Por qué suceden las desgracias?

La Biblia muestra que el autor de las calamidades de Job fue Satanás, el Diablo (Job 1:7-12; 2:3-8). De hecho, también lo identifica como el principal responsable de los problemas actuales al decir: “¡Ay de la tierra y del mar!, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto espacio de tiempo” (Revelación [Apocalipsis] 12:12). Además, como es “el gobernante de este mundo”, ha inducido a muchos a cometer actos perversos que han causado terrible dolor y amargura (Juan 12:31; Salmo 37:12, 14).*

“El tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos.” (Eclesiastés 9:11)

Ahora bien, no hay que echarle la culpa al Diablo de todos nuestros problemas. Hemos heredado el pecado y la imperfección, y por eso tendemos a tomar decisiones insensatas que nos producen desdicha (Salmo 51:5; Romanos 5:12). Supongamos que alguien deja de comer bien y de dormir lo suficiente por voluntad propia. Si se perjudica gravemente su salud, ¿debería culpar al Diablo? No, pues esa persona estaría cosechando las amargas consecuencias de su imprudencia (Gálatas 6:7). A este respecto, un proverbio bíblico declara: “Hay gente insensata que arruina su vida” (Proverbios 19:3, La Palabra de Dios para Todos).

Por otra parte, hay que reconocer que los golpes de la vida se deben muchas veces al “tiempo y el suceso imprevisto” (Eclesiastés 9:11). A manera de ilustración, imagine que un día cae un aguacero mientras usted está en la calle. Tal vez se moje un poco o quizá termine empapado; todo depende de dónde le sorprenda la lluvia. De igual modo, en estos “tiempos críticos, difíciles de manejar”, las condiciones desfavorables pueden convertirse de repente en un fuerte chubasco (2 Timoteo 3:1-5). La gravedad de los daños a menudo tendrá que ver con el momento y las circunstancias, factores que tal vez no puedan controlarse. ¿Significa esto, entonces, que siempre nos perseguirán los infortunios?

Se acerca el fin de las calamidades

Afortunadamente, Jehová Dios acabará muy pronto con todas las adversidades (Isaías 25:8; Revelación 1:3; 21:3, 4). Mientras tanto, nos demuestra su cariño dándonos la “instrucción” y “el consuelo de las Escrituras” para que, con la vista fija en ese futuro maravilloso, podamos hacer frente a los problemas (Romanos 15:4; 1 Pedro 5:7). Aquellos a quienes Dios considere justos disfrutarán de vida eterna en un nuevo mundo donde ya no habrá desgracias (Salmo 37:29, 37).


* Véase el artículo “El punto de vista bíblico: ¿Quién es Satanás? ¿De verdad existe?”, publicado en ¡Despertad! de febrero de 2007.

¿SE LO HA PREGUNTADO?

  • ¿Es cierto que solo las personas malas sufren calamidades? (Job 1:8.)
  • ¿Tiene el Diablo la culpa de todos nuestros problemas? (Gálatas 6:7.)
  • ¿Dejarán de ocurrir algún día las desgracias? (Revelación 21:3, 4.)
Principio del documento

Publicado en ¡Despertad! de enero de 2009





¿Qué enseña realmente la Biblia?






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El secreto de la felicidad familiar





Cantemos a Jehová (coro y orquesta), disco 1




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