Malas compañias

En la predicacion rural un hno. visito una casa que estaba acierta distancia de la carretera. En cuanto llamó, lo primero que apareció fue un tremendo perro que venia hacia el. Al momento el dueño de casa se asoma y tranquiliza al hermano diciéndole que no tenga miedo, que el perro es muy manso a pesar de lo grande que es. Efectivamente el hermano no solo le predico al hombre sino que también se encariñó con aquel grande y hermoso perro.
Al mes siguiente, nuevamente en el rural el hermano va a visitar a la misma persona y al no ver al perro le pregunta por el. Entonces el dueño le dice… “ah, verdad que ud lo conoció!!! Bueno, resulta que hace unas semanas atrás aparecieron unos perros vagos por aquí, y el mio los siguió. El problema era que estos perros vagos tenían por costumbre seguir a los vehículos en la carretera. El mio quizo hacer lo mismo y fue atropellado.

Aplicación? Vean el final de aquel manso y hermoso animal. Llego al punto de perder la vida por las malas compañías (1 cor 15.33)